¿Por qué dos lenguas derivadas del latín como el francés y el español dieron por resultado las mismas palabras con un sentido contrario? Los falsos amigos.
Pese a todos los estudios sin duda indispensables de los lingüistas, los idiomas son a veces extraños y misteriosos: ¿por qué dos lenguas derivadas del latín como el francés y el español dieron por resultado las mismas palabras con un sentido contrario? Los falsos amigos.
La explicación innegable es que el lenguaje se construye por un grupo humano y esto le aporta su riqueza, su diversidad (¿o acaso haya habido en todas las épocas mentes brillantes y bilingües con mucho sentido del humor encargadas de contradecir el idioma del vecino?).
Así, tenemos una palabra como «persona». La identidad, el individuo, del latín «máscara», utilizada en el teatro «per sonare», para que se escuche la voz. En francés increíblemente también significa NADIE. El ser y la nada. Esto es maravilloso. Hay infinidad de trabajos sobre el asunto, pero eso es agua de otro pozo (qué interesante sería armar una lista de refranes equivalentes en varios idiomas, ¿no?).
Todo esto para contar que una amiga francesa había desarrollado una curiosa enfermedad, la fausamaritis, el mal de pronunciar falsos amigos sin parar, y esta fue su última anécdota:
«Como te conté, fui a ver una pieza de teatro el otro día. No sé si era buen o mala porque no la entendí. Y por tanto, vos sabés que soy sensible al arte contemporáneo. Se alumbraron las luces y una chica estaba acostada en el sol. Un señor apareció y se quitó el pantalón. Ya veía que la iba a besar, a pisar, no sé, ya no hay convenciones a la hora de provocar. Pero no, se pusieron a charlar, ella acostada, él medio desnudo, sobre todo y sobre nada. Se apagaron las luces mientras hablaban y cuando se prendieron de vuelta…¡PERSONA!»
Esperemos que no se le ocurra a mi amiga ser traductora…
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