La interpretación es una profesión con múltiples facetas y muchas veces desconocida por el público. ¡Contestamos a las preguntas que siempre te has hecho!
Traducción e interpretación son dos oficios distintos que se confunden con frecuencia. Sin embargo, estas dos profesiones difieren en varios aspectos. En este artículo, vamos a aclarar algunas de las dudas más comunes acerca de la interpretación.
¿Son los intérpretes igualmente traductores y viceversa?
No. Estas dos profesiones, sin ser diametralmente opuestas, no tienen nada en común más que el estudio de un idioma. En realidad, una no tiene nada que ver con la otra. La profesión de intérprete es oral y la traducción es una disciplina literaria. La primera es espontánea, única y directa mientras que la segunda implica reflexión, se basa sobre memorias de traducción y medita cada palabra.
¿Basta con ser bilingüe para ser intérprete?
Claro que no. Como los traductores, los intérpretes han tenido una sólida formación en lenguas. Pero más allá de este aprendizaje académico, también han practicado durante no solo decenas, sino cientos de horas antes de ofrecer sus servicios. La capacidad de escuchar, de analizar, de traducir y al mismo tiempo de hablar no es un don innato y tanto la memoria como el cerebro son músculos que hay que estimular.
¿Pueden los traductores traducir de un idioma a cualquier otro?
De nuevo, la respuesta es no. Dominar un idioma a la perfección requiere mucho tiempo, esfuerzo, práctica, y paciencia. Por consiguiente, son pocas las personas que dominan un segundo idioma como si fuese su lengua materna. Desgraciadamente, los gajes del oficio hacen imposible ajustarse estrictamente a esta regla. Por lo tanto, asegurar tener 3, 4 o 5 idiomas “A” demuestra, sin lugar a dudas, una total falta de profesionalismo.
¿Cuál es la diferencia entre interpretación consecutiva y simultánea?
Pongamos un ejemplo sencillo: The Interpreter con Nicole Kidman. En este largometraje, la protagonista adapta las palabras de un orador a un idioma de destino por medio de un sistema audio compuesto de un micrófono y de un casco. El sonido de su voz llega hasta los miembros de la asamblea, quienes escuchan la interpretación a través de los cascos. En este caso, se trata de interpretación simultánea.
La interpretación consecutiva solicita la memoria intermedia del lingüista. Este toma notas de un discurso de 4 a 5 minutos y lo traduce a un idioma de destino en cuanto el orador deja de hablar.
Por último, existen otras dos técnicas de interpretación: de enlace y de susurro. El susurro es similar al simultáneo pero no requiere equipo de sonido; el intérprete susurra el mensaje al oído del interesado. En enlace, el intérprete desempeña un papel de mediador entre dos o tres personas como máximo, que no se entienden, durante una consulta médica o jurídica, en encuentros diplomáticos, etc.
¿Por qué los intérpretes trabajan de a dos o por periodos de media hora?
En pocas palabras: memorización, concentración, fatiga, y dificultad. Intenten escuchar y hablar al mismo tiempo durante 30 minutos, y verán cómo se cansan rápidamente. Ahora, imagínense que el intérprete tiene también que concentrarse para lograr entender la profundidad del mensaje, traducirlo y sobre todo no olvidarse cómo empezó la frase antes que aquella se termine. Si siempre va acompañado, es para que su colega lo reemplace en cualquier momento. ¡Pero no crean que el que no interpreta no trabaja! De hecho, mantiene los oídos bien abiertos en caso de que su colega no conozca la traducción de una palabra o para anotarle cifras.
¡Esperamos haber aclarado este tema y eventualmente haber contestado a algunas de las preguntas que nunca se habían atrevido a hacer!
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