¿Qué traductor no se tiró alguna vez de los pelos trabajando para una empresa de traducción? Descubre 5 tipos de agencias que debes evitar a toda costa.
La traducción sería un oficio fascinante, un arte lingüístico, un prodigioso desafío a la maldición de Babel, un puente entre culturas, de no ser por cinco tipos de agencias que debemos evitar a toda costa. ¿Por qué? Porque hacen de ese puente una precaria pasarela en la que el traductor se mece entre sueños políglotas y pesadillas diarias.
1. Las serial-quoters
Son aquellas agencias de traducción que se las ingenian para solicitar siempre presupuestos de lo más complicados, por ejemplo, de traducciones de documentos en formatos tan exóticos como variados y todos diferentes que requieren de muchísimo tiempo. ¿Calculas incluir ese tiempo perdido en la factura de la traducción…? Lo increíble es que siempre surge algún problema, vaya uno a saber por qué. Tras presentar el presupuesto, te dicen que lo van a consultar con el cliente… Ese día, no te despegas del teléfono ni de la computadora esperando que te confirmen el trabajo. Lo que, lógicamente, nunca sucede. Y así, perdiste todo un día de trabajo.
2. Las adictas a la traducción urgente
En segundo lugar, están las agencias de traducción cuyos clientes, por razones misteriosas, siempre tienen prisa. Y cuando «tienen prisa», es como decir «necesito la traducción para ayer». Además, como siempre todo es súper urgente, la urgencia se vuelve norma y, por lo tanto, la tarifa «urgente» no se aplica. Respecto a las agencias de traducción especializadas en el sector farmacéutico, no cabe la menor duda de que tienen un acuerdo con dichas empresas que consiste en inducir a los traductores a consumir de forma regular ansiolíticos y otros calmantes. Esta metodología también se aplica en las agencias que trabajan con fabricantes de bebidas energizantes y café. Pero ¿y las demás?
3. Las fanáticas del cuentagotas
Si eres especialista en la traducción jurídica, sin duda, conoces muy bien a estas agencias. Estamos hablando de aquellas empresas de traducción que solo te ofrecen traducciones de doscientas o trescientas palabras. Supones que vale la pena incluso si al comienzo trabajas a pérdida (pues las traducciones cortas no son rentables), porque quizá algún día puede que te ofrezcan algo más voluminoso e interesante… Algo que nunca sucede.
4. Las apasionadas por la corrección
También están aquellas agencias que, todos los días, te solicitan revisiones urgentes de documentos espantosamente mal traducidos. ¡Un negocio redondo! Como saben que tienen que pagar una corrección, ofrecen tarifas muy bajas a traductores incompetentes, o recurren sin pestañear a motores de traducción automática. Y luego te contratan a ti para que «revises» esas «traducciones». El tema es que la tarifa de corrección es interesante solo si hay que agregar un acento por aquí y corregir una errata por allí. Pero si hay que rehacer toda la traducción, deja de serlo.
5. Las flojas en matemáticas
Por último, tenemos las empresas de traducción que intentan engañarte en el recuento de palabras. Se trata sobre todo de las agencias que trabajan en el campo de la traducción jurídica con clientes que pagan tarifas fijas por documento. Por consiguiente, todos los documentos tienen entre cien o doscientas palabras, y la tarifa no cambia. Salvo que te des cuenta rápidamente de que los documentos no tienen realmente cien o doscientas palabras, sino unas cuantas más… Y en ese caso, pasas por mezquino porque discutes por unas pocas y miserables palabras.
Cinco tipos de agencias de traducción que te hastiarán de este noble apostolado (sin contar los malos pagadores)… Pero si conoces otras agencias, coméntanos acerca de ellas.
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