La inteligencia automática (IA) en la traducción médica puede ser un recurso muy útil. Permite que los profesionales de la salud y los pacientes se comuniquen de manera rápida, económica y efectiva cuando no comparten el mismo idioma. Esta especialización no solo se enfoca en la traducción de documentos complejos como historias clínicas, informes de laboratorio, estudios de investigación o manuales de instrucciones de dispositivos médicos. También contempla la interpretación de conversaciones urgentes en ámbitos hospitalarios. Sin embargo, la traducción automática en el campo médico también puede suponer algunos riesgos.
Errores conceptuales y problemas de confidencialidad
La traducción médica asistida por inteligencia artificial (IA) ha avanzado significativamente en los últimos años y ha demostrado ser una herramienta valiosa para agilizar la comunicación en entornos médicos multilingües. Sin embargo, como con cualquier tecnología, pueden existir complicaciones lingüísticas y éticas.
– Errores de traducción: Las traducciones automáticas todavía pueden cometer malinterpretaciones en términos técnicos, acrónimos médicos o dosis de medicamentos. Tampoco terminan de entender el contexto clínico y no tienen en cuenta la información específica del paciente. Por tanto, pueden producir traducciones que no se correspondan con las necesidades del médico o el paciente.
– Dificultades con lenguajes menos comunes: La traducción automática funciona mejor con idiomas ampliamente hablados y con una gran cantidad de datos disponibles para su perfeccionamiento. Idiomas menos comunes o dialectos regionales tienen calidades de traducción significativamente inferior, si no es que ninguna, lo que deriva en malentendidos o falta de empatía con los pacientes.
– Protección de datos y privacidad: La traducción médica a menudo implica información altamente confidencial, como historias clínicas y resultados de pruebas. La utilización de IA en este contexto plantea preocupaciones sobre la privacidad de los datos y la seguridad de la información del paciente si no se toman medidas adecuadas para protegerla.
– Responsabilidad legal y ética: ¿Quién es responsable si una traducción automática inexacta conduce a un error médico? Todavía no existe una regulación que delimite con exactitud las acciones de médicos, autoridades de instituciones médicas o funcionarios públicos en este asunto. Tampoco existen estándares uniformes para la calidad y la seguridad de las traducciones.
– Dependencia excesiva de la tecnología: La IA puede llevar a una dependencia excesiva de la tecnología, reduciendo la capacidad y la sensibilidad de los profesionales de la salud para comunicarse efectivamente en varios idiomas sin la asistencia de la tecnología.
Necesidad de revisión de traductores profesionales
Los traductores automáticos deben actualizarse constantemente para estar al día de los avances médicos, los nuevos términos y las mejores prácticas. Incluso cuando se utiliza la tecnología en la traducción médica, es necesario un trabajo coordinado entre especialistas de datos y profesionales sanitarios o traductores médicos para garantizar la mejora de los algoritmos en su precisión y pertinencia.
Aunque la traducción automática puede ser una herramienta útil para traducir documentos médicos, debe utilizarse con precaución y junto con una supervisión humana adecuada para minimizar los riesgos y garantizar la seguridad y exactitud de la información médica traducida.