La confidencialidad en el mundo de la interpretación, obligación moral a menudo incomprendida, es primordial para los interpretes jurados y de conferencia.
La Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencias (AIIC) cuenta con un Código Deontológico que todos sus miembros deben acatar, es decir, deben respetar y aplicar escrupulosamente.
Este Código invita a los profesionales a adoptar un comportamiento responsable en el ejercicio de sus funciones y a ofrecer a los clientes la garantía de un trabajo llevado a cabo con profesionalismo y ética. Respecto al deber de confidencialidad, establece lo siguiente:
«a) Los miembros de la Asociación estarán obligados a mantener el más estricto secreto profesional con respecto a todas las personas y a toda la información revelada en el transcurso de la práctica de la profesión en cualquier reunión no abierta al público.
b) Los miembros se abstendrán de obtener ningún beneficio personal de la información confidencial que hayan adquirido en el ejercicio de sus obligaciones como intérpretes de conferencias». Textos básicos. «Código de ética profesional». aiic.net. 26/02/2014.
En una interpretación de conferencia, cumplir con el estricto secreto profesional es una prioridad. Sin embargo, debido a su complejidad, a menudo, se deja a la interpretación personal.
Definición
El deber de confidencialidad prohíbe formalmente divulgar, a cualquiera, alguna información adquirida durante una reunión privada. Este principio debe ser respetado antes, durante y después del evento, y hasta que el intérprete fallezca.
La divulgación abarca cualquier declaración o documento que hubiere estado a disposición del intérprete y constituye el acto de compartirlos, de forma voluntaria o no, con una tercera persona, ya sea un periodista, un colega o un allegado. La difusión, por vía oral o escrita, de elementos altamente confidenciales será castigada con severas sanciones y será objeto de circunstancias agravantes si el infractor sacara provecho de esta.
Esta norma se aplicará en cualquier conferencia privada. Le corresponde al organizador del evento invitar a la prensa o publicar un informe en caso de desear difundir un comunicado.
Las empresas de traducción e interpretación deben adherirse a un código deontológico, de lo contrario, sus servicios no serían pertinentes. Los términos del contrato deberán respetarse al pie de la letra porque, en caso de incumplimiento, el intérprete podrá ser procesado y enfrentar una severa sanción.
¿Cuál es el objetivo?
Si bien algunos datos son más importantes que otros, todos deberán tratarse con el mismo rigor. De hecho, una información puede parecer irrelevante, sin embargo, puede estar cargada de significado. Tanto el contenido, como el lugar, la fecha o los participantes de una conferencia son elementos confidenciales. Por ejemplo, confirmar o negar la presencia de un responsable ya constituye una información de peso. Además, el hecho de publicar fotos de una personalidad en las redes sociales es, sin duda, una grave violación de confidencialidad.
Para protegerse, algunas instituciones imponen a sus colaboradores estrictas políticas, como la consulta de archivos, y no dudarán en hacerles firmar un contrato específico. Puede suceder que los intérpretes no tengan conexión a Internet en la cabina, en dicho caso, estarán obligados a informarse en los equipos de la institución para preparar las sesiones.
El intérprete jurado
Los traductores e intérpretes jurados cumplen la función de nexo de comunicación entre un acusado y su abogado, y se comprometen a no divulgar ninguna información que no se haya hecho pública. Su caso es muy particular, pues están implicados a diario en la vida privada de los clientes y deberán ser discretos a fin de proteger las partes involucradas. Al igual que los intérpretes de conferencia, los traductores e intérpretes jurados no podrán discutir sobre un caso fuera del tribunal.
En general, la regla de oro consiste en no revelar ninguna información adquirida durante el ejercicio de su trabajo. Además, recuerden que, en ningún caso, estarán obligados a aceptar una misión con cuyo mensaje no estén de acuerdo. Por último, el cumplimiento de esta obligación requiere, ante todo, sentido común y conciencia profesional. No olviden que, respetando las normas éticas de su cliente, se ganarán su confianza.
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